Que levante la mano aquél que nunca ha sentido la maldición de los celos.
Que sea amable, y luego de levantarla, explique el hilillo de sangre que brota de sus labios - tremenda mordida se habrá pegado - y acepte que lo que ha afirmado es enteramente falso.
Malditos celos, maldito monstruo verde!
Calma. Ahora respira y piensa: conoces a tu gente así que aleja esos celos y también la envidia que grita que ese tiempo y esa distancia te pertenecen. ¿Es que de veras tienes dudas?
Bien sabes que esa risa, esa mirada y los mil detalles son tuyos.
2 comentarios:
Celosas... ;)
Nomás tantito :-)
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