domingo, 24 de mayo de 2009

vacío de tí


Despertó y sintió una ligera punzada, ¿Porqué le dolía la cabeza? Recordaba la bruma de la noche anterior, el frío, el chocolate que había preparado y la película que había visto.
- Ésta película siempre me deja vacío - había dicho él y ella lo había abrazado una vez más, porque a ella el vacío se lo provocaba él.

Se retorció en la cama. Deseó no haber tomado nunca ese periódico. Odiaba a esa mujer. Era increíble como una persona podía causar una reacción semejante en una fracción de segundo. Ver la foto en el periódico le había producido una sensación de vértigo, mareo y náusea, no había durado demasiado pero nunca había ocurrido. Estúpida mujer! Tan desabrida y falta de carisma, tan poco agraciada, tan sin chiste y apagada! Y con él...
Su orgullo se sentía herido. Se hizo bolita en la cama y decidió que no quería salir de ella, que lo odiaba a él también y que su cama en una mañana fría y nublada era mejor que cualquier cosa en el mundo.
...Excepto tal vez cualquier cosa donde estuviera él. Una fría mañana nublada en cama, justo como esa, una noche de lluvia, tomando la primera taza de café (jugo de naranja para él porque no le gustaba el café), la comida tardía en cualquier Vip's (donde todos sabemos que la salsa picante tiene todo menos sabor a chile, sólo la grata compañía puede salvar esas comidas), bueno, lo que fuera siempre y cuando estuviera él.

Definitivamente lo odiaba. A ambos en realidad; a él por haberse quedado con otra y no ser enteramente feliz, por quedarse vacío con una película que él no tenía el valor de vivir. A esa mujer por existir, por ser tan tonta, por confiar en él, por verse y ser feliz con él... Su estúpida y feliz ignorancia, que diablos!

En contraste, en ningún momento deseó no haberlo conocido nunca, o no haber hablado horas con él ni haber cocinado para él alguna vez, ya no digamos no conocer el sabor de su saliva. Incomprensible psique humana.

Cerró los ojos y suspiró, mientras pensaba que lo odiaba sobre todo porque habiéndolo encontrado tenía aún que conocer a otros chicos, tendría que seguir por la vida como si jamás hubiera existido, como si lo mejor que le había pasado en la vida hubiera sido una mala pasada de su imaginación o una broma del destino. Maldita sea.
Tal vez era hora de odiarse a sí misma, pero eso no entraba en su codificación. Odiarles a ellos no tenía caso tampoco, pero aceptar que era humana y había cosas que le lastimaban, que estaba prendiendo a manejarlas era más sano que la negación. Se sentía más tranquila y al menos ahora la cabeza ya no le punzaba. - Tonto stress, ya aprenderé a manejarlo - pensó.
Miró el reloj y recordó que tenía que empezar a funcionar. Se levantó, tomó una ducha y se lavó, al tiempo que el cabello, tantas preguntas y dudas. Total, al final de cuentas no era ella la que estaba engañando a quien decía querer.
Escuchó sonar su teléfono celular, una melodía conocida. Era él, y de momento no había nada por hacer.


- ¿Te parece bonita? - preguntó ella una vez, haciendo referencia a la película.
- Es Ella - dijo él.
Y ésta otra ella se quedó vacía.

5 comentarios:

hector dijo...

es posible ver y sentir el dolor? tu blog siempre nubla mis ojos de sensaciones ya olvidadas, haces que el frio de mi alma, se mitigue.

CognoMente dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
CognoMente dijo...

amiga me has inspirado, visitame: http://espejitoespejitodimequien.blogspot.com/

Saurio dijo...

conocer el sabor de su saliva...
¿¿eres tu García Lorca??

Florecita Rockera dijo...

what, what?