IV - (XII)-
Y si él lo hubiera pedido, ella se hubiera quedado. Con o sin cepillo de dientes.
Él lo sabía, incluso mejor que ella, por eso no lo hizo.
Él no dijo nada. Y ella se fue.
Para ella era un misterio, porqué? Porqué no?
Para él era difícil, por un lado la quería cerca y por el otro mientras más lejos mejor.
El mundo es un lugar extraño a veces, como misterioso es el país de las lágrimas.
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