- Recuerdas cuando me dijiste que me consiguiera un novio y me olvidara de tantas tonterías?
- Sí.
- Pues bien, por hacerte caso (bien sabes que yo no quería) me han roto el corazón, y ahora para colmo ni siquiera fuiste tú.
- Cuéntame.
- Nada, que no todo lo que se ve rosita necesariamente lo es. Y ahora es tu culpa, alguien tiene que tener la culpa y no voy a ser yo, jeje.
- Ah yo te dije que te consiguieras uno pero yo no hubiera escogido ese!
- Ja, ahora arréglale.
- Bueno, pero no vayas a llorar por un tipo así. (Estoy más guapo yo). Hay problemas reales en el mudo.
- Odio que tengas razón. No siempre odio que la tengas y no siempre la tienes pero justo ahora la tienes. (Sí pero recuerda que tú no existes).
- (Ja, es cierto). Ahora consíguete una novia.
- Eres un tonto. (Te extraño).
- Tonto... (Lo sé, y yo no quiero extrañarte).
- Cuidate, ya nos veremos. Gracias.
- Ya sabes. Adiós.
1 comentario:
Me encantan esos diálogos flotantes indefinidos. Luego me dejas platicar con tu amigo
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