sábado, 10 de enero de 2009

ach! ich werde weinen!

Alguna vez han leído el principito?

Resulta que es uno de mis libros favoritos en el mundo (no me importa que sea para niños!) y hay un capítulo, el
XXI me parece, que es dónde el zorro habla de domesticación, y ay caramba! Quiero llorar! Es malo, malísimo apegarse a al gente, a las cosas ni se diga. Eso de apegarse a la gente, que dolores da, aunque también satisfacciones.
Bien, el caso es que el zorro dice -ah! lloraré!- después de haberse acostumbrado a la presencia del principito, habiendo pedido expresamente que éste lo domesticara, y así me siento ahora, cuando algunas personas de repente dicen adiós. Y también, como el zorro, pienso que he ganado más que si no hubiera existido la(s) persona(s) que se va(n). Y he ganado a causa del trigo, si señor. Definitivamente.

Nota cultural: a mi terapista no le gusta el principito. Sigo siendo una niña comparada con él. Y él parece ser demasiado adulto pero realmente no lo es. No sé si él es más feliz que yo o al revés, o si igual, pero se le hace un nudo en la garganta si lloro, y yo adivino lo que piensa y siente más de la mitad de las veces. Y vamos a estar bien.

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