lunes, 13 de abril de 2009

mi lugar seguro en el mundo :)




o dicho de otra manera: "di Ranch" - así le puso mi hermano en el mapita del GPS de la zarzamora que usa a modo de teléfono-oficinita-ambulante-sofocante.

Desde hace unos años, cada Semana Santa nos vamos al rancho. Es como lo normal. Estaría chido ir a alguna ciudad, antes lo hacíamos, alguna vez fuimos al "de efe" por ejemplo, es muy bonito y en esas fechas se puede circular y respirar. -Las playas se atascan- decía don Fidel, pero a partir de que la casa del Rancho estuvo habitable y funcional sobre todo, nos acostumbramos a ir, y ahora que ya no hay papá es lugar de peregrinación 3 veces al año de modo oficial y otras tantas sin fecha fija. Es como para no extrañarlo. Tanto. Evitamos a la multitud y estamos tirando la hueva con ganas. (Lo mismo que hacíamos antes jeje, bueno, eso cuando a mi papá no se le ocurría que quería capirotada o calabaza cocida o alguna otra puntada, entonces se ponía a hacer las cosas con nosotros en ocasiones, y otras daba instrucciones, pero siempre le quedaba bien bueno! De ahí que todos sus hijos sean expertos en fiestas y dar instrucciones.) Bueno, haiga sido como haiga sido, lo cierto es que ya nos acostumbramos a ir al rancho esos días.

Se duerme como en ningún lugar en el mundo*. Este lugar tiene un encanto, te acuestas en el pasto, te duermes, te acuestas en un petate, te duermes, te acuestas en la sala, te duermes, te acuestas en la cama y te duermes! Y despiertas como nunca en la vida. La verdad es que yo no soy nada sangrona para dormir, me acomodo en todos lados -en los camiones y aviones no tanto pero si me duermo!- y no pasa nada, no sufro si no es mi cama, ni si es un sleeping o un sillón. Es lo bueno de tener la conciencia tranquila, pero en el rancho es... Un lugar seguro en el mundo. Tiene su magia. No sé, tal vez porque he ido ahí desde niña, porque lo conozco en tiempos de lluvia y en tiempos de flores, cuando hay fruta y cuando no, cuando hace calor y cuando hace mucho (pero mucho) frío, o en los tiempos cuando te dormías y te caían arañitas del techo, cuando la casa tenía hierbas colgadas en la cocina y el piso era de tierra -ahora tiene un fogón en toda la extensión de la palabra, alacena, el piso de barro -loza cocida de barro eh- y unas puertitas muy coquetas-. Cuando el baño no era tal y había que salir a buscar un arbolito jajaja. -Quien lo diría, ahora hay luz, agua corriente, teléfono y microondas y hasta señal pal celular desde que la autopista decidió pasar ahí enfrente-.
Es la casa de mi papá, y es mi casa, y tengo casa aquí (que también es mi casa, porque siempre he vivido aquí). Buena la fortuna mía :)

El caso es que me fuí desde el viernes, y el sábado festejaron el cumpleaños de mi pequeño saltamontes allá, y me tocó ser capitana de juegos. No sé de donde se le ocurrió a Diego. Me dejaron a los niños y a ratos hasta a los papás de los niños. Yo por eso no tengo hijos, es una cosa de gente seria, dura todo el día! Desde las 12 jugando en la alberca -inflable claro, y no se alteren los ecológicos! el agua de la alberca tuvo una segunda utilidad-, luego a comer y a correr y a brincar y etc. Entonces el pastel y la 1a caminada oficial. Y como hicieron campamento en la noche fuimos a caminar de nuevo, y donde que vamos encontrando monedas de chocolate en el camino! Ahora los vecinos chismosos van a decir que que andábamos haciendo? Tanto carro, tanta gente y hurgando en la noche en la huerta? "Adio!, han de andar buscando el tesoro del licenciao!". Jaja, ya me imagino lo que le va a decir mi tía a Cui cuando volvamos jiiiijijji, no porque le moleste a ella, sino porque seguro fueron corriendo a decirle. (Es que tampoco es tan grande como para que no se vea desde el camino, osea, no soy rica hacendada, pero hay un pedacito de tierra, una casita y unos árboles, son más que suficiente.) Armar casas de campaña, la fogata y yaaaa duérmanseeee!!! Condenados chiquillos, son de pilas duracell. Por cierto que me hice de fans pequeñitos y pequeñitas :) ahh que ternura y de un admirador de 12 años. Pero ese no daba tanta ternura, era muy encimoso.

Definitivamente me sentí guía de turistas, y ese tipo de cosas como que se me dan.

Ahhh! Terminé con los hombros bien quemados, quería emparejar un poco el color con el de los brazos (Ya saben, mi poco saludable bronceado duvalín de oficina) pero no creí que fuera a estar tan crítico el asunto, ahora es oficial, no son blancos ni son morenos, son rojo-langosta y arden! (En todo lo demás si usé bloqueador... No comments!)

Con todo y hombros quemados me lancé a cenar con los surfers ayer domingo, (CS es lo que mola) y nos lucimos TODOS con la cena. Todo riquísimo. Como siempre ya está la evidencia en FB. Mi vida social siempre ha sido activa y buena, pero con los couch me siento en familia. Sí, soy ñoña, jojo, ni modo, ya lo dije. Ya no lo reseño porque si yo estuviera leyendo esto ya me hubiera mareado.


Hasta el próximo post!


* Eso si, sola, porque así es so far... Necesito un damo de compañía para las noches frias y las noches frescas y las... bueno ya quedo claro. Voluntarios?

2 comentarios:

Mónica Pulido Echeveste dijo...

mi post favorito hasta ahorita :) Ahora si ya me dieron ganas de ir! Pero pss, hasta que tenga la pata buena.

Anita dijo...

que rico descanso, yo quiero ir la proxima vez jijiji